Me declaro presuntamente agnóstico, y digo presuntamente puesto que en estos temas del más allá uno no sabe muy bien como manejarse.
Aquellos que se encuentran a cierto nivel de compromiso dentro de la Iglesia y su doctrina y se declaran practicantes, no se cuestionan sus enseñanzas y si lo hacen, lo atribuyen a la insidiosa presencia del mal que trata de perturbar su paz interior. Les falta perspectiva, los árboles no les permiten ver el bosque.
Si aparece algún acontecimiento lo suficientemente importante en sus vidas como para que, sin darse cuenta, den un pequeño paso atrás, empiezan a divisar el principio del bosque que antes no veían, toman perspectiva.
¿Por qué de esta introducción?
Para expresar mi opinión con perspectiva de la existencia del Dios que nos muestran a propósito de este tiempo litúrgico en el que estamos.
Se puede hablar de Dios desde diversos puntos de vista; religioso, científico, filosófico, humano... Todos ellos tratan de explicar a su manera la existencia de un Dios creador (artífice del diseño inteligente) frente a la teoría Darwiniana, actualmente fundamentada en nuestra evolución desde primates y aumentando en el tiempo hasta llegar a nuestro primer antepasado común a partir del cual evolucionamos, "el purgatorius", tras la colisión de un asteroide de 10 Km de diámetro en la península del Yucatán hace millones de años y que acabó con la hegemonía de los dinosaurios en la tierra hasta ese momento.
Algunos encontrarán ridícula la hipótesis de "la causa primera incausada" que creó el mundo en 7 días de la nada, Adán y Eva, su traición, su expulsión del paraíso y otros encontrarán ridícula la teoría evolutiva del purgatorius. Ambos puntos de vista son respetables.
Bajo el prisma de mi humilde opinión, en este tema en concreto, tenemos tanto conocimiento y nuestra inteligencia está tan evolucionada como si a Recaredo o Recesvinto les hubieran presentado un IPad y les explicaran su funcionamiento y utilidad.
Hay cosas que se escapan aún a nuestro alcance. Las generaciones futuras las resolverán y nuestras actuales opiniones les resultarán tan ridículas como nos resultan ahora las opiniones promulgadas por la ínclita inquisición en temas científicos hace siglos, (léase la tierra es plana).
Desde ambos puntos de vista todo se puede discutir, todo excepto algo que ni los más religiosos ultraortodoxos podrán rebatirme con argumentos del tipo "es voluntad de Dios" "sucede por una buena razón" "no conocemos los designios de Dios " "no cuestiones a Dios" "al principio no era así pero por la soberbia humana entró Satanás en el mundo"...etc, etc.
Les hablo de la enfermedad y muerte de un niño. NADA DE LO QUE PUDIERAN ESGRIMIR EN SU DEFENSA, JUSTIFICARÍA LA EXISTENCIA DE UN DIOS CAPAZ DE DEJAR QUE EXISTA LA ENFERMEDAD INCURABLE EN UN NIÑO. Ningún Padre humano podría permitir semejante atrocidad si estuviera en su mano evitarlo, ergo mucho menos un Dios Padre Misericordioso, por lo cual llego a la conclusión de que Dios es muy posible que no exista, así de claro, al menos no como nos lo venden en la iglesia. Cualquiera que sea padre me entenderá perfectamente.
Toda esta disertación sólo se puede comprender tomando perspectiva.
Yo, me reservo el beneficio de la duda puesto que mi inteligencia tampoco me permite afirmar categóricamente la no existencia de un ente creador de materia y entelequias como el espacio y el tiempo.
Lo mejor que podemos hacer unos y otros, ateos, practicantes y agnósticos es pasar la vida lo mejor posible y sobre todo vivirla, por encima de credos y prejuicios.
Al fin y al cabo la vida son dos días, ciertamente.
Pasen ustedes feliz semana (santa para los religiosos) y de descanso (para los no religiosos).
Buenas tardes.
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