domingo, 22 de julio de 2012

La integridad política.

La cosa pinta mal. Muy mal.

España agoniza. Da sus últimos estertores antes de reunirse con su hacedor, el Dios Mercado. Ante esta sentencia que parece irrefutable como la Ley de la Gravedad, cabe preguntarse cómo hemos llegado aquí y sobre todo cómo saldremos.
Hoy, se publica que el FMI parece que está decidido a cortar definitivamente las ayudas a Grecia. No funcionan. Su tasa de corrupción y expolio es demasiado elevada y en este caso, los médicos van a desahuciar al paciente. Queda sólo rezar por él, administrarle los últimos auxilios y que el Dios Mercado se apiade de su alma. Si vuelven al Dracma, su futuro estará comprometido con la miseria durante décadas.
Lo primero que llega a la mente es el sabio refranero español; "cuándo las barbas de tu vecino veas mesar..."

Aquí, en España, los encargados de poner nuestras barbas a remojo siguen a lo suyo, como si la cosa no fuera con ellos. Sus negocios, sus asuntos, sus prebendas y la gente en la calle, pidiendo justicia. Y digo justicia porque no es justo lo que se está perpetrando contra el pueblo que los pone en sus puestos y paga sus sueldos. Aunque parezca increíble, la capacidad de razonamiento y resignación de la gente en España es muy elevada como se ha demostrado durante siglos, pero su capacidad de reaccionar cuándo ya no tiene qué perder también.
 Los españoles comprenden que hay que hacer sacrificios si no queremos vernos abocados a la miseria de república bananera, lo que no comprenderán jamás es por qué tienen que pagar el pato de las tropelías de unos golfos que amparados en el corporativismo político y los vericuetos legales, los cuales dominan a la perfección, han hecho fama y fortuna a sus expensas máxime, cuándo la capacidad intelectual de muchos de estos dirigentes para manejar unas instituciones roza el mínimo considerado médicamente como normal.

Estamos ya hartos de mangutas. No se puede exigir sin dar, sin predicar con el ejemplo. Nunca un presidente tuvo tan fácil pasar a la historia de España como aquel que hizo algo bueno por el país, aquel que suprimió primero la sin razón de las CCAA, senado, embajadas, traductores de catalán, sueldos millonarios y pensiones vitalicias y corrupciones varias. Personalmente, como la de tantos otros, mi decepción con Rajoy y el PP ha sido enorme. Han perdido mi voto "ad perpetuam". En este punto entrarían los comentarios de cierto sector cuyo lema sería "eso le pasa por votar a la derecha". Para ellos va mi más absoluto desprecio. Si estamos así es gracias a los robos de los de siempre,  aderezados con el encubrimiento del mayor atentado de estado de la historia en Europa y con un toque de indignidad hacia las víctimas de ETA con sus favores a los presos y legalizaciones de sus formaciones.

Mariano Rajoy lejos de convertirse en ese líder en quienes habíamos puesto nuestras esperanzas, se ha convertido en el candidato mejor valorado para recibir como Calígula, Nerón y Domiciano la "Damnatio Memoriae" y que su recuerdo sea borrado de la historia de España como si nunca hubiese existido. Incluyo en este honor al sabio iluminado de León, el señor Zapatero, alias ZParo.

Desde nuestro punto de vista, sólo nos queda la unión. Ya no hay izquierdas ni derechas, rojos ni fachas. Ya sólo quedamos personas cuyo objetivo común debiera ser la unión contra esta gentuza que nos saquea y se ríe en nuestra cara. Ya lo hemos hecho otras veces, que se lo pregunten a los gabachos, con cuyas bombas se hacían las gaditanas tirabuzones. Ellos se esfuerzan en mantenernos separados, con el odio de la guerra civil presente. Ahí radica su fuerza, divide y vencerás. La nuestra es precisamente la unión, la consecución del objetivo común de crear una nueva Constitución, una nueva España con dirigentes que abanderen la integridad política, la honestidad  y atesoren una vocación de servicio a sus votantes.

Aunque parezca utópico, yo si fuera ellos no estaría demasiado tranquilo en mi poltrona. La historia ha demostrado muchas veces que cuándo la gente no tiene nada qué perder, puede llegar a tomarse la justicia por su mano y ni la guardia pretoriana podría detenerlos.

Avisados quedan.

Tengan ustedes muy buenos recortes.






Pérez Reverte: "La Cultura, la Educación, la Sanidad, las clases altas, medias y bajas, expoliadas. Y el disparate administrativo-político-autonómico, ni tocarlo".

A ver si lo he entendido, señor presidente... Hasta por morirme debo pagar un 21 %... A ver si lo entiendo. Insisto.

Alemania tiene 80 millones de fulanos y 150.000 políticos. España, 47 millones y 445.000 políticos. Sin contar asesores, cómplices y colegas. O en Alemania faltan políticos, o aquí sobran. Si en Alemania faltan, apenas tengo nada que decir. Si en España sobran, tengo algunas preguntas. Señor presidente.

¿Para qué sirven 390 senadores (con la brillantez media y la eficacia política media de un Iñaki Anasagasti, por ejemplo)? Subpregunta: si un concejal de Villacantos del Botijo, por ejemplo, necesita contratar a 15 asesores... ¿Para qué puñetas sirve ese concejal, aparte de para dar de comer a numerosos compadres y parientes?

¿Para qué sirven 1.206 parlamentarios autonómicos y 1.031 diputados provinciales? ¿Sabe usted lo que cobra toda esa gente? ¿Y lo que come? Ese tinglado regional, repartido en diecisiete chiringuitos distintos, duplicados, nos cuesta al año 90.000 millones de euros. Con ahorrar sólo la mitad... Eche usted cuentas, señor presidente. Que yo soy de Letras.

En vista de eso, ¿cómo es posible que el Gobierno de este putiferio de sangüijuelas y sangüijuelos se la endiñe a las familias y no a ellos? Que en vez de sangrar a esa chusma, se le endiñe a la Dependencia, a la Sanidad, a la Educación, a la Cultura, al pequeño comercio? ¿A la gente que de verdad lucha y trabaja, en vez de a esa casta golfa, desvergonzada y manifiestamente incompetente?

A ese negocio autonómico absurdo e insostenible, del que tanta gentuza lleva viviendo holgadamente desde hace más de treinta años. 17 parlamentos, 17 defensores del pueblo, embajadas propias, empresas, instituciones. Negocios casi privados (o sin casi) con dinero público. El único consuelo es que a esa pandilla depredadora la hemos ido votando nosotros. No somos inocentes. Son proyección y criaturas nuestras.

Treinta años engordándolos con nuestra imbecilidad y abulia política. Cuando no con complicidad ciudadana directa: Valencia, Andalucía... Con unos tribunales de Justicia cuando no politizados o venales, a menudo lentos y abúlicos. El golfo, impune. Y el ciudadano, indefenso. Esos políticos de todo signo (hasta sindicalistas, rediós) puestos en cajas de ahorros para favorecer a partidos y amiguetes. Impunes, todos.

Me creeré a un presidente de Gobierno, sea del color que sea, cuando confiese públicamente que este Estado-disparate es insostenible. Cuando alguien diga, señor presidente, mirándonos a los ojos, "voy a luchar por un gran pacto de Estado con la oposición"; "me voy a cargar esta barbaridad, racionalizándola, reduciéndola, controlándola, adecuándola a lo real y necesario"; "voy a desmontarles el negocio a todos los que pueda. Y a los que no pueda, a limitárselo al máximo. A lo imprescindible"; "aquí hay dos autonomías históricas que tendrán algo más de cuartelillo, dentro de un orden. Y el resto, a mamarla a Parla".

"Y el que quiera entrar en política para servir al pueblo, que se lo pague de su bolsillo".

Pero dudo que haga eso, señor presidente. Es tan prisionero de su propia chusma político-autonómica como el PSOE lo es de la suya. Ese toque de jacobinismo es ya imposible. Tiene gracia. No paran de hablar de soberanía respecto a Europa quienes son incapaces de ejercerla en su propio país. Sobre sus políticos. Dicho en corto, señor presidente: no hay cojones. Seguirán pagándolo los mismos, cada vez más, y seguirán disfrutándolo los de siempre. El negocio autonómico beneficia a demasiada gente.

Usted, señor presidente, como la oposición si gobernara, como cualquiera que lo haga en España, seguirá yendo a lo fácil. A cargar a una población triturada, con cinco millones de parados, lo que no se atreven a cargar sobre sus desvergonzados socios y compadres. Seguirá haciéndonos aun más pobres, menos sanos, menos educados. Hasta el ocio para olvidarlo y la cultura para soportarlo serán imposibles.

Así que cuando lo pienso, a veces se me va la olla y me veo deseando una intervención exterior. Que le vayan a frau Merkel con derechos históricos, defensores del pueblo, inmersiones lingüísticas, embajadas y golferías autonómicas. De tanto reírse, le dará un ataque de hipo. De hippen, o como se diga allí.

Lo escribía el poeta Cavafis en Esperando a los bárbaros. Quizá los bárbaros traigan una solución, después de todo. Para esto, que nos invadan los bárbaros de una puta vez. Que todo se vaya al carajo y el Sentido Común reconozca a los suyos. Si quedan.

Recristo. Qué a gusto me he quedado esta tarde, señor presidente. Lola acaba de abrir el bar. Esta noche me emborracho. Como Gardel en el tango. Fiera venganza la del tiempo. Parece un título de Lope de Vega. Un tango adecuado para este pasaje".

jueves, 24 de mayo de 2012

El triunfo de los mediocres

En primer lugar quería especificar que esta entrada no es de mi puño y letra. Es un copia-pega de un mail, de ahí su poca estética visual, de esos cientos que recibes rebotados y que eliminas sin leer. Casi todos, excepto éste. En este caso estoy completamente de acuerdo con lo que aquí se explica. No sé quién es su autor, pero bajo mi punto de vista no podría explicarse mejor la situación social en nuestro amado país, antes llamado
España.
Que lo disfruten.

Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que
económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de
los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no
se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de
medidas urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal
problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir,
para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país
mediocre.
Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la
mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena
que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente. Hemos
creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más
populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina,
los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los
únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan.
Porque son de los nuestros. Estamos tan acostumbrados a nuestra
mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado  natural
de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos
sirven para negar la evidencia.
Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134
minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente
basura. Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un
presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos
sobre política internacional. Mediocre es el único país del mundo que,
en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las
asociaciones de víctimas del terrorismo. Mediocre es un país que ha
reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar
a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo
y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que
sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles
de un país vecino bromean sobre sus deportistas.
Mediocre es un país en el que la población que no está en paro solo piensa en la
manera de escaquearse del trabajo, en como engañar a Hacienda, en como robar
más que el de al lado, en lugar de intentar hacer su labor lo mejor posible.
 Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es
marginada –cuando no robada impunemente- y la independencia
sancionada. Un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración
nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que
buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por
políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean
de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes
que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo
de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos
opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de
la mediocridad.

Saludos.

sábado, 7 de abril de 2012

La involución social.

Sábado Santo.

Ante las manifestaciones de fervor y tradición religiosa que actualmente llenan nuestras iglesias con los actos litúrgicos y nuestras calles con procesiones, no cabe sino el plantear una serie de interrogantes a propósito de dilucidar hacia dónde avanza la sociedad actual en un futuro no muy lejano.

Ciertamente, aunque los actos procesionales de estos días están colmados de público, convendría preguntar cuántos de los que están ahí, escuchando saetas, viendo penitentes y admirando movimientos inverosímiles de palios de 4 toneladas, asisten regularmente a La Iglesia. La mayoría respondería que no lo hacen. Se advierte un error de concepto grave en estos casos. ¿Cómo pueden llorar y rezar ante imágenes de madera en los que no está Dios presente y no acercarse al sagrario dónde es dogma de fe la presencia real de Dios en la tierra?

No hay duda de que la sociedad avanza a pasos agigantados hacia el laicismo y prevalece el folclore a la práctica religiosa. La media de edad de los asistentes a misa es de 70 años y cuando ellos nos hayan dejado, la continuidad de los jóvenes no está ni mucho menos asegurada. La misma situación se da en los seminarios dónde el relevo generacional de presbíteros no se encuentra cubierto ni en su mínima expresión.

Independientemente de creyentes o no creyentes, La Iglesia, haciendose eco y portavoz de las palabras de Cristo, transmite una serie de valores humanos basados en el amor y respeto mutuo entre las personas que son del todo punto incuestionables. Valores que hacen a las personas querer ser mejores, más honradas y comprometidas y que cada vez escasean más en nuestra sociedad.
Estamos hastiados ya de políticos corruptos, ladrones, pederastas, violadores, asesinos, terroristas...La falta de integridad de la que adolecemos comienza en las personalidades de las más altas instancias del país y desciende por mimetismo, a todos los segmentos de la sociedad. Estamos paupérrimos en valores.
A lo explicado anteriormente, se le suman otros condicionantes; Uno de ellos es que la sociedad española se muere. Dentro de pocos años la mayor parte de la población será anciana, y con ellos se irá la fuente principal que atesoraba la educación y respeto por las personas y que de generación en generación ha pasado de abuelos a nietos. Además se pone en peligro nuestro estado de bienestar basado en gran parte en la sanidad y en las pensiones de jubilación. La perspectiva de cambio generacional tampoco es muy halagüeña puesto que gran parte de los nacimientos que se producen, bien por comodidad paterna, bien por precaria situación económica y laboral, son de hijos únicos, instruidos como pequeños emperadores del corte Tito Flavio Domiciano, cuya educación, debido la falta de compañía fraterna, se basa en recibir todo tipo de afectos y regalos materiales, dejando a un lado lo más importante, el inculcarles valores humanos. De ahí el auge de programas tipo "hermano mayor", en el que aparecen auténticos tiranos infantiles sin ningún tipo de empatía por sus semejantes y en el que el cometido del hermano mayor es precisamente inculcar los valores que los padres no han sabido, o no han podido transmitirles.

Todo ello, sumado a las revueltas mundiales por la crisis económica, me hace preguntarme si avanzamos hacia una revolución, una evolución o una auténtica involución social en la que cualquier parecido con algún resto de humanidad, será pura coincidencia.

De nosotros, los padres del presente depende la educación de nuestros hijos y su desarrrollo personal en el futuro, y por ende, la construcción de una sociedad dónde predominen los bienes que no se pueden comprar con dinero. Piensen en ello.

Tengan ustedes muy buenos días.

jueves, 5 de abril de 2012

La perspectiva agnóstica.

Me declaro presuntamente agnóstico, y digo presuntamente puesto que en estos temas del más allá uno no sabe muy bien como manejarse.
Aquellos que se encuentran a cierto nivel de compromiso dentro de la Iglesia y su doctrina y se declaran practicantes, no se cuestionan sus enseñanzas y si lo hacen, lo atribuyen a la insidiosa presencia del mal que trata de perturbar su paz interior. Les falta perspectiva, los árboles no les permiten ver el bosque.
Si aparece algún acontecimiento lo suficientemente importante en sus vidas como para que, sin darse cuenta, den un pequeño paso atrás, empiezan a divisar el principio del bosque que antes no veían, toman perspectiva.
¿Por qué de esta introducción?
Para expresar mi opinión con perspectiva de la existencia del Dios que nos muestran a propósito de este tiempo litúrgico en el que estamos.
Se puede hablar de Dios desde diversos puntos de vista; religioso, científico, filosófico, humano... Todos ellos tratan de explicar a su manera la existencia de un Dios creador (artífice del diseño inteligente) frente a la teoría Darwiniana, actualmente fundamentada en nuestra evolución desde primates y aumentando en el tiempo hasta llegar a nuestro primer antepasado común a partir del cual evolucionamos, "el purgatorius", tras la colisión de un asteroide de 10 Km de diámetro en la península del Yucatán hace millones de años y que acabó con la hegemonía de los dinosaurios en la tierra hasta ese momento.
Algunos encontrarán ridícula la hipótesis de "la causa primera incausada" que creó el mundo en 7 días de la nada, Adán y Eva, su traición, su expulsión del paraíso y otros encontrarán ridícula la teoría evolutiva del purgatorius. Ambos puntos de vista son respetables.
Bajo el prisma de mi humilde opinión, en este tema en concreto, tenemos tanto conocimiento y nuestra inteligencia está tan evolucionada como si a Recaredo o Recesvinto les hubieran presentado un IPad y les explicaran su funcionamiento y utilidad.
Hay cosas que se escapan aún a nuestro alcance. Las generaciones futuras las resolverán y nuestras actuales opiniones les resultarán tan ridículas como nos resultan ahora las opiniones promulgadas por la ínclita inquisición en temas científicos hace siglos, (léase la tierra es plana).
Desde ambos puntos de vista todo se puede discutir, todo excepto algo que ni los más religiosos ultraortodoxos podrán rebatirme con argumentos del tipo "es voluntad de Dios" "sucede por una buena razón" "no conocemos los designios de Dios " "no cuestiones a Dios" "al principio no era así pero por la soberbia humana entró Satanás en el mundo"...etc, etc.
Les hablo de la enfermedad y muerte de un niño. NADA DE LO QUE PUDIERAN ESGRIMIR EN SU DEFENSA, JUSTIFICARÍA LA EXISTENCIA DE UN DIOS CAPAZ DE DEJAR QUE EXISTA LA ENFERMEDAD INCURABLE EN UN NIÑO. Ningún Padre humano podría permitir semejante atrocidad si estuviera en su mano evitarlo, ergo mucho menos un Dios Padre Misericordioso, por lo cual llego a la conclusión de que Dios es muy posible que no exista, así de claro, al menos no como nos lo venden en la iglesia. Cualquiera que sea padre me entenderá perfectamente.
Toda esta disertación sólo se puede comprender tomando perspectiva.
Yo, me reservo el beneficio de la duda puesto que mi inteligencia tampoco me permite afirmar categóricamente la no existencia de un ente creador de materia y entelequias como el espacio y el tiempo.
Lo mejor que podemos hacer unos y otros, ateos, practicantes y agnósticos es pasar la vida lo mejor posible y sobre todo vivirla, por encima de credos y prejuicios.
Al fin y al cabo la vida son dos días, ciertamente.
Pasen ustedes feliz semana (santa para los religiosos) y de descanso (para los no religiosos).
Buenas tardes.

Ayudas a inmigración

Vaya por delante que no soy racista, jamás lo he sido ni lo seré. Creo en las personas, no en las razas. Puntualizo esta afirmación para exponer que las palabras siguientes que van a leer, aunque no las he escrito yo, las dirijo personalmente contra especuladores económicos, leyes y gobernantes absurdos que con sus ineptitudes y falta de ética y moral nos han llevado a la ruina y a llenar los bancos de las iglesias en busca de la única ayuda que muchas familias españolas pueden esperar.
Éste es un e-mail que me ha llegado recientemente. Pueden pensar que sea falso y estarán en todo su derecho. También cabe la contrapartida de que sea cierto. En ese caso agárrense a lo primero que tengan a mano porque no tiene deperdicio.
Que lo disfruten...
"Trabajo en una Oficina de Empleo y puedo aseguraros que por derecho todos tenemos las mismas posibilidades de recibir ayudas públicas. ...........pero en la práctica os aseguro que NO ES ASÍ. Mi trabajo consiste entre otras en conceder subsidios de desempleo (....distinto al conocido por todos como "paro") y un inmigrante tiene muchas más papeletas de recibir estas ayudas que cualquier ciudadano español.
Puedo aseguraros -porque lo veo y lo hago diariamente- que muchos días salgo "enfermo" de la oficina viendo a qué y sobre todo a quiénes se destinan las ayudas públicas que salen del esfuerzo de quienes trabajan. Viendo como muchos inmigrantes tienen más dinero disponible sin HACER ABSOLUTAMENTE NADA que muchos de los que nos levantamos a las 6 de la madrugada para trabajar.
Podría tirarme HORAS contándoos todo ésto y acabarías indignados y asqueados de ser españoles.......y no por ser españoles, sino por saber cuáles son las preferencias de nuestros políticos a la hora de emplear el dinero de todos.
Los marroquís por ejemplo es un colectivo muy bien informado, mil veces más que todos vosotros juntos y "explotan" hasta el límite de lo imaginable todas las ayudas estatales, autonómicas y locales.
Va un aperitivo: sabéis que un marroquí con sólo trabajar 6 meses ya puede traer en la práctica a toda su familia y vivir DE POR VIDA de las ayudas públicas.....si si, hasta que se muera. No es una exageración ES REAL.......DE POR VIDA.
Saben exactamente los días que tienen que trabajar o "simular trabajo" para encadenar ayudas en la práctica perpetuas para vivir a cuerpo de rey en España o en Marruecos donde la vida es mucho más barata.. Lo veo a diario. Es posible, ellos lo saben y sencillamente lo están explotando hasta el límite de dejar nuestro estado de bienestar al borde de la quiebra. ....y lo digo yo que soy uno de los pobres a los que las leyes españolas obligan con horror a otorgar esas ayudas.
Muchas y muchos de ellos no trabajan ni trabajarán en su vida, crean empresas ficticias que simulan trabajos que no existen para cotizar 6 o 12 meses para renovar el permiso, agrupar a sus familias en algunos casos y por supuesto encadenar subsidios hasta de 4 años.
En fin, ya iré contando. Cobran todo y por todos. Hasta la mora de 50 años que no sabe ni leer ni escribir, ni español ni nada de nada. Pisa una vez España, se apunta al paro, Se marcha a marruecos, vuelve al año, pide una RAI como parada de larga duración y ya tiene 5000 euros en su bolsillo. ASÍ DE FÁCIL.
Las prestaciones y subsidios por desempleo son ayudas económicas para atender a todos aquellos que habiendo perdido un trabajo y queriendo trabajar no pueden hacerlo.
La cuestión es que los marroquies y muchos sudamericanos no quieren trabajar, han hecho de estas ayudas públicas su objetivo principal en la vida para él y su familia. LLegan a España para vivir de nuestro trabajo, no del suyo. Y lo más indecente es que la mayoría lo disfruta tranquilamente en Marruecos.
Precisamente esta gente cobra tantos subsidios porque se los damos para mantener su familia en Marruecos. El otro día por ejemplo denegué a una mujer española un subsidio. Tenía 5 hijos. Entre el marido y dos hijos pasaban del límite de rentas por un pelo. A un marroquí jamás se lo denegaría.....por qué?, muy sencillo, a esta "española" le puedo ver
sus rentas, las de sus hijos, sus sueldos, vida laboral, si han vendido un piso, si tiene algún tipo de pensión, etc, etc, etc. Lo puedo hacer desde mi asiento, sin moverme, conectándome con Seguridad Social y pidiendo datos a Hacienda.
A un marroquí no, yo no puedo saber que cojones hacen ni cobran en marruecos toda su familia. Ni si están divorciados, ni si sus hijos son sus hijos, ni si tienen 20 empresas, ni si acaban de vender 4 pisos.....NADA, ABSOLUTAMENTE NADA. Y como no puedo verle ni saber de él nada de nada pues le doy el subsidio. Simple y llano. transparente.
España es el país más garantista del planeta para cualquiera que venga de fuera.
Va el ejemplo de hoy. Al estado español le cuesta más de 10.000 euros cada boda de un marroquí. Cómo? Muy sencillo, cuando un joven marroquí acaba el paro y viene a por el subsidio le preguntas: ¿Estás casado? No ¿Tienes hijos? No. Pues no tienes derecho al subsidio porque no "mantienes" a nadie. A la semana siguiente aparece con un papel en árabe traducido al castellano que dice que un cura marroquí le ha casado hace 3 días. .....y qué hacemos nosotros!!! Pues le hacemos el ragalo de bodas: vacaciones pagados de 2 a 3 años en su país viviendo a cuerpo de rey.
Porque como os podéis imaginar el coste de la vida allí no es ni la mitad que aquí. Lo único que tiene que hacer es renovar la tarjeta de demanda cada 3 meses. Pero no os preocupeis, se lo hemos puesto fácil, pueden hacerlo por internet.
Al "casarse" ya mantiene a una persona, a su mujer, que está en Marruecos y que nunca pisó España. Por eso ya tiene derecho a un subdidio de 2 años de media.
Cada boda marroquí nos cuesta a los españoles entre 10.000 y 20.000 euros. Así de fácil. No le déis más vueltas. Es así, ellos lo saben y actuan en consecuencia. Paga la dote al vecino para "estar casado" (....Y ES LITERAL, LO LEO EN SUS CERTIFICADOS MATRIMONIALES TRADUCIDOS) y ya puede vivir de vuestro trabajo varios años. Se casó
para cobrar el subsidio.
Joder si os contara. Al día siguiente llegaríais a casa asustados de la cantidad de gente que se os habría quedado mirando por la calle.....y porqué? Porque íbais a quedaros con cara de Gilipollas durante dos semanas. Por eso."

Comentarios

Las leyes españolas están hechas para todos, excepto para los españoles.

Absolutamente vergonzoso. Qué asco de leyes y de gobernantes...

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